¿quiénes somos?
PALAPAN es un espacio abierto a los artistas jóvenes que aún no encuentran un lugar donde compartir sus aportes.
Los Aliados...
Agradecemos cada correo y comentario en las entradas... y motivamos a seguir enviando sus trabajos, estos serán tomados para futuras publicaciones.
Por: Martín Cálix
Recojo en la camisa
Algunos de tus pasos
Como flores caídas
De un atardecer
Que alguien olvido después del trabajo.
Pero la continuidad
Del día de los días
Atrapo los payasos del balcón,
Los empacó y los mando por e-mail
A construirse de nuevo…
Definitivamente en esta casa,
todos estamos locos.
Después de un duro día, llega la noche
y Pavlov no se cansa de corretear sus perros por el patio.
Chopin sigue sonando su piano en un fa sostenido
y es un desastre lo de Isabel Allende;
invade la sala con su tribu de espíritus
derribando sillas y mesas sin saludar siquiera.
Como último recurso hospitalario,
recojo del escritorio mi texto y mis anteojos
cruzo volando la estancia
buscando refugiarme en la aparente quietud de la biblioteca,
pero ahí están Galeano y Retamar,
fumando a cantaradas y hablando sin parar sobre
Subo de dos en dos las escaleras,
abro con un suspiro la puerta de la alcoba
pero allí, sobre un lienzo marchito
Diego Rivera traza una línea negra
sobre el rostro sonriente de Frida Kalo.
Huidobro me grita cuatro versos,
Neruda llora su pena de amor en la azotea,
Octavio Paz se ríe carcajadas desde el baño,
Cortazar baila un tango en la sala
con un libro de cuentos en su mano.
Todos parecen haber bebido el mismo vino.
Suben y bajan las escaleras, escupen en el piso,
orinan en el zaguán, quiebran mis platos
y caminan por las vigas del techo como arañas salvajes,
como locos.
La noche se abraza a las horas
y el sueño cuelga su hamaca en mi pupila.
Me despojo de mis propios demonios,
tomo por una oreja mi cuerpo
y lo abandono en un rincón bajo una mesa
hasta que el sol del nuevo día besa mi pelo
con una chispa de fingida esperanza.
Abro mis ojos, tomo asiento sobre un verso de Clementina
bostezo largamente como un búho
y me doy cuenta de que no hay nadie;
ni Octavio ni Cortazar, ni Diego ni Galeano.
De Retamar y Huidobro
solo quedan fragmentos
de un poema calcinado por el tiempo
y en la pequeña mesa de la sala,
hay un pincel y dos libros
que Isabel y Frida olvidaron seguramente.
Se han ido todos juntos por la puerta del mundo
como se han ido siempre;
sin despedirse siquiera, sin arreglar la casa,
sin decirme absolutamente nada.
Han regresado cada quien a su tiempo y a sus libros
y una vez mas vuelvo a quedarme solo con mis trampas.
Por: Francisco Lagos
Te lo he dicho cuando lloras de amor; Cuando te quiero
, y porque se que quererte
Asegura tu boca,
así cuando yo la necesito.
Te quiero porque no recuerdo, donde estamos
Y porque tus ojos se pierden porque no funcionan
Solo en tu mirada,
sino también en el camino y en la paridad.
Es cierto:
Que a veces te quiero también con mi chantaje y la corbata sucia,
Pero sólo a veces así te quiero.
No permitas que te ofenda,
Si caigo en la tentación
De no quererte para olvidar que existes,
asi como todo lo que está
que es ajeno a lo mío;
lo hago para recordar que debo quererte.
Pero, ¿que podría hacer yo ahora
Si así me basta?
Prometo:
Que a la mayoría de edad,
Regresaré a quererte,
con un puente,
y la pieza que faltaba para llegar a amarte.
Adiós.
III.
Poco me gusta el invierno.
En esta época
Los caminos son resbalosos
Hay poca gente en las calles
Y mucho frió en los huesos.
Además, el río crece
Y por mas que quiero,
Resulta imposible verte.
Por: Francisco Lagos
La matemática, es la expresión exacta
y más sincera del producto de las relaciones de un conjunto.
El hombre que calculaba
Si V= A la velocidad y
S= es la distancia en un período de tiempo X. Por el producto de dos.
Entonces:
Si se venden camisas parceladas,
Y un pantalón roto con marca de princesa,
Aunque no lo entienda:
¿No podría tenerte, un corazón roto
Y que sea bueno también?
Que se ajuste a ti
Y que huela a ti
Es verdad, si no lo entiendo,
Pero juro decir verdad, cuando entienda esta verdad de mierda.
Y es que no todas las noches me ajusto a ti,
porque no quiero saber a ti.
Ya no podría irme en bus hasta la poesía;
Y la poesía ya no querría edificar una casa.
¿Ves que no miento?
¿Ves por qué lo hago?
¿Por qué me jodo?
¡Bueno, esta bien sino me entiendes!
Es que querer entender que Dios te mata porque te quiere,
Es como querer entender que ninguna de mis camisas pueda oler a ti,
Y que te sepa.
Mejor, hagamos un trato…:
3/3 de la semana iré a buscarte, pero nunca estés
Y un poquito de mi vida, lárgate con cualquier camisa
Y la botella que te gusta.
Vas a ver que mi amor, es tenerte olvidada
Con la raíz del tuyo; y la velocidad que caminas, más dos verjas cuadradas.
A=
Aunque esto, no sea tan solo un poquito de Amor.
Por: Javier Hernández
Envidio hasta la caída de una hoja.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?
¿Quebrarían mis hijos su bovedilla ovalada y tibia?
¿Habrá muerto ya el abuelo?
Alguien con un tirapiedras,
Le dio en el costado y enfermó.
¿Y ella?, ¡Era tan linda!
En su abanico de plumas,
Habitaba un arco iris de luz
¡Ay! La soledad,
Es un frió absurdo,
Parecido al de la muerte.
¡Ellos tienen la libertad de encerrarnos!